martes, 6 de noviembre de 2007

¿Que fan os organismos internacionais?

Reducir la pobreza gracias al comercio

Los beneficios económicos del comercio no llegan siempre a los más pobres.

El comercio puede fomentar el crecimiento de un país y reducir la pobreza en tres niveles básicos. Primeramente, la adopción de políticas favorables a la expansión del comercio conlleva un aumento del ingreso y de los recursos fundamentales para el desarrollo. En segundo lugar, los gobiernos pueden promover las exportaciones en sectores con un óptimo potencial de generación de empleos e ingresos. En tercer lugar, también pueden ayudar a los sectores más pobres – en la práctica ajenos a la economía formal – a convertirse en partícipes de las actividades de exportación.

Los países en desarrollo son capaces de asumir estos desafíos.

En muchos países, las dificultades residen en los niveles dirigentes. Los encargados de definir las estrategias de desarrollo no prestan suficiente atención a la integración del comercio en dichas estrategias. A menudo, se habla de que el comercio es el motor del crecimiento, pero las estrategias de una mayoría de países en desarrollo son más bien un obstáculo que un aliciente para el comercio. Además, hay muy pocos modelos que orienten los esfuerzos nacionales encaminados a reducir la pobreza mediante el comercio.

Por otra parte, los sectores de exportación que más podrían contribuir a reducir la pobreza no son siempre incluidos en las estrategias exportadoras nacionales. Para reducir la pobreza, lo que cuenta es el tipo de crecimiento que genere el comercio. Por ende, también se necesita crecimiento en los sectores capaces de integrar a los pequeños productores en la cadena de valor de productos y servicios.

Por último, las comunidades pobres no suelen disponer de las capacidades empresariales indispensables para operar en el comercio mundial. Cuando se trata de aprovechar las nuevas oportunidades comerciales, los sectores pobres pueden encontrarse desventajados por sus carencias en formación, capacitación empresarial o contactos con quienes pueden ayudarles a iniciar o ampliar una actividad en la economía formal.


Soluciones

  • Integrar el comercio en las estrategias de reducción de la pobreza. Los gobiernos deben empezar a considerar que el comercio y la reducción de la pobreza son indisociables.
  • Promover sectores de exportación favorables a los pobres. Identificar y fomentar sectores o segmentos con buen potencial exportador, que acojan favorablemente las capacidades de los productores pobres.
  • Orientar la ayuda a la exportación a sectores pobres. Promover la formación de agrupaciones empresariales entre miembros de comunidades pobres, a fin de superar las dificultades propias de la acción individual. También se debe alentar las complementariedades entre exportadores experimentados y comunidades pobres.
  • Facilitar servicios esenciales de apoyo al comercio. Los pequeños productores tienen la voluntad y la capacidad para hacer negocios, pero necesitan contar con servicios públicos de buena calidad – información comercial y de mercados, capacitación exportadora y formación de redes – para integrarse en los mercados.ES
La mujer en la economía

Las empresarias pueden ser ignoradas por los planificadores del comercio y el desarrollo.

Muchas empresarias – independientemente de que dirijan grandes o pequeñas unidades – no participan en los círculos frecuentados y escuchados por quienes definen las políticas. La mayoría está confinada en ámbitos económicos marginales, como las microempresas y las empresas informales; en algunos países, controlan hasta el 70% de estos sectores.

Por su parte, las entidades que tratan de cuestiones comerciales – ministerios, cámaras de comercio, programas de exportación y asociaciones – no se ocupan específicamente de las empresarias, dejando ese terreno a las organizaciones femeninas. Por ende, en la ayuda a las exportaciones no se suelen tomar en consideración sus intereses o necesidades. Por ejemplo, hay muchas empresarias en el sector de servicios, mientras que la ayuda a las exportaciones se concentra en el comercio de bienes.

Las tradiciones culturales también pueden frenar una participación más destacada de las mujeres en la vida económica. Por ejemplo, el entorno actúa a veces como factor disuasivo informal contra el trabajo femenino fuera del hogar; la legislación de algunos países prohíbe que las mujeres hereden bienes, lo que restringe al mínimo su capacidad comercial.

Si bien es cierto que los problemas que afrontan las mujeres son comunes a todas las pequeñas empresas – crédito, contactos y capacitación –, estas dificultades son multiplicadas por la falta de acceso a las redes que podrían ayudarles a competir en el mercado mundial.

En realidad, la experiencia del CCI muestra que cuando las mujeres tienen la posibilidad de desarrollar sus empresas, los países pueden recoger enormes beneficios. Muchas exportadoras cumplen también una función de “promotoras sociales”. Con su experiencia, demuestran que el compromiso con el desarrollo es indisociable de los esfuerzos por incrementar las exportaciones. Desde una y otra perspectiva, estimular a las mujeres a montar sus propias empresas es una opción acertada.


Soluciones

  • Formar redes. Dar prioridad a la incorporación de grupos de mujeres a cámaras de comercio y asociaciones sectoriales y profesionales, y fomentar las redes de cooperación entre autoridades, expertos internacionales y empresarias. Vincular entre sí a grupos de empresarias para alentar su comunicación y la cooperación sobre cuestiones comerciales.
  • Financiación. No hay que limitarse al microcrédito. Se debe alentar a las entidades de crédito a evaluar adecuadamente el riesgo de la financiación a las exportadoras, y enseñar a las mujeres cómo obtener préstamos.
  • Capacitación. Informar a las exportadoras sobre la capacitación para exportar, y asegurar que tengan acceso a la misma.
  • Visibilidad. Dar a conocer el éxito de las exportadoras, por ejemplo, creando galardones para las mujeres que se impongan en el comercio internacional.
  • Apoyo social. Evaluar las necesidades específicas de apoyo de las mujeres, como unidades sanitarias móviles, licencia de maternidad y cuidado de los hijos.
  • Tecnología. Aunar recursos para integrar las tecnologías de la información y las comunicaciones a una gestión más eficaz y la búsqueda de nuevos mercados.

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