lunes, 17 de diciembre de 2007

A historia dos dereitos humanos

A orixe

Existe un importante debate sobre a orixe cultural dos dereitos humanos. Xeneralmente considerase que ten asúa raíz na cultura occidental moderna, pero existen polo menos duas posturas principais máis.[4] Algúns afirman que todalas culturas poseen visions de dignidade que se plasman en forma de dereitos humanos, e fai referencia a proclamacioes como a Carta de Mandén, de 1222, declaración fundacional do Imperio de Malí. No obstante, nin en japonés[5] nin en sánscrito clásico[6] , por exemplo, existiu o término dereito que se produciron contactos cá cultura occidental, xa que estas culturas puxeron o acento nos deberes. Existen tamén quenes consideran que Occidente non creou a idea nin o concepto de dereitos humanos, aunque sí unha manera concreta de sistematizarlos, unha discusión progresiva e eo proxecto de unha filosofía dos dereitos humanos.[7]

Las teorías que defienden el universalismo de los derechos humanos se suelen contraponer al relativismo cultural, que afirma la validez de todos los sistemas culturales y la imposibilidad de cualquier valoración absoluta desde un marco externo, que en este caso serían los derechos humanos universales. Entre estas dos posturas extremas se sitúa una gama de posiciones intermedias. Muchas declaraciones de derechos humanos emitidas por organizaciones internacionales regionales ponen un acento mayor o menor en el aspecto cultural y dan más importancia a determinados derechos de acuerdo con su trayectoria histórica. La Organización para la Unidad Africana proclamó en 1981 la Carta Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos, que recogía principios de la Declaración Universal de 1948 y añadía otros que tradicionalmente se habían negado en África, como el derecho de libre determinación o el deber de los Estados de eliminar todas las formas de explotación económica extranjera. Más tarde, los Estados africanos que acordaron la Declaración de Túnez, el 6 de noviembre de 1992, afirmaron que no puede prescribirse un modelo determinado a nivel universal, ya que no pueden desatenderse las realidades históricas y culturales de cada nación y las tradiciones, normas y valores de cada pueblo.[8] En una línea similar se pronuncian la Declaración de Bangkok, emitida por países asiáticos el 23 de abril de 1993, y de El Cairo, firmada por la Organización de la Conferencia Islámica el 5 de agosto de 1990.[9]

También la visión occidental-capitalista de los derechos humanos, centrada en los derechos civiles y políticos, se opuso a menudo durante la Guerra Fría, destacablemente en el seno de Naciones Unidas, a la del bloque socialista, que privilegiaba los derechos económicos, sociales y culturales y la satisfacción de las necesidades elementales.

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